Nos la proporcionó
Durante la cena de ponentes de la reunión “Abordaje Multidisciplinar de los Gliomas de Alto Grado” celebrada en Granada en 2010, tuvimos la oportunidad de degustar, entre otros sabrosos platos y mejor compañía, esta especial tortilla frente a la espectacular imagen de la Alhambra granadina…algo inolvidable
Es ilustrativo referir que el granadino cuando quiere agasajar al forastero, lo invita en la calle a esta tortilla, pues ni es guiso casero, ni suele consumirse en la familia
Ingredientes
Aceite
Agua
Chorizo
Criadillas
Guisantes
Huevos
Jamón serrano
Laurel
Patatas
Pimiento morrón
Sal
Sesos
Tomate frito (optativo)
Limpiar los sesos y las criadillas con agua abundante y quitarles los restos de sangre y las membranas. Hervir las criadillas durante 5 minutos en agua con sal y laurel. Freir los sesos en una sarten. Escurrir ambas cosas y cortarlas en dados pequeños
Poner al fuego una sartén con abundante aceite y freír las patatas, cortadas en rodajas, manteniendo el fuego bajo y la sartén tapada, para que se cuezan en el aceite. Cuando estén blandas, sacar del aceite y escurrir
En un bol batir bien los huevos y añadir, las patatas, las criadillas, los sesos, el jamón y el chorizo (cortados en taquitos), los guisantes y el pimiento morrón troceado. Se sala y se revuelve todo bien hasta que quede una mezcla homogénea
Poner al fuego una sartén, con el fondo cubierto de aceite y echar la mezcla extendiéndola y moviendo la sartén en círculos, para que no se pegue. Mantener durante unos 3 minutos y entonces, con la ayuda de un plato llano o una tapadera, dar la vuelta a la tortilla y mantener así, moviendo la sartén otros 2 ó 3 minutos hasta que la tortilla esté cuajada
Se sirve a veces con tomate frito
Consejos y Curiosidades
Se trata de uno de los platos de origen granadino más tradicionales que habitualmente se sirve el día de San Cecilio patrón de Granada, en la Abadía del Sacromonte. Este monasterio se construyó durante los siglos XVII y XVIII para conmemorar el martirio de San Cecilio en este monte muy próximo a Granada. Según la tradición granadina, el abad del monasterio invitaba a almorzar cordero al horno a las autoridades locales de Granada precisamente el día 1 de Febrero, día del Santo Patrón. Cuenta la leyenda que a principio del pasado siglo, unos ladrones aprovecharon la noche del día anterior a San Cecilio para robar todos los corderos preparados para la ocasión y que se encontraban oreando en el patio de la cocina. Cuando a la mañana siguiente y tras la misa, el abad quiso colocar los corderos en el horno descubrió el robo. Sin amilanarse ante la perspectiva de un desastre gastronómico (en el pasado, el día del patrón cerraba todo el comercio a cal y canto), el abad se dirigió a la fresquera del monasterio buscando algo para almorzar junto a las autoridades. Allí descubrió los sesos y criadillas de los corderos, un gran hueso de vaca preparado para hacer caldos y algunas docenas de huevos. El abad del Sacromonte pensó en realizar una tortilla con todos estos ingredientes y de este modo resolvió el conflicto
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